Ella bailaba desaforadamente
al devaneo del viento,
con gracia a veces,
con ahínco en ocasiones,
la llama naranja amarilla
era pasión.
Recordaba yo al verla
en su afán,
a mi abuela en su cocinilla
de kerosene,
y a mi madre en sus labores
de la cocina,
siempre afanada para suministrar
nuestro sustento.
Caracas. 26. Sept. 2021
Del libro inédito: De Fuego y De Ceniza. Caracas, 2021-2022
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