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miércoles, 25 de enero de 2023

VILLANUEVA

Luis Duarte. De la Serie. Espacios en Contingencia. Caracas, 2018

 

 


En mi vida la Ciudad Universitaria

es magia y vida estudiantil, vivir

en una gran obra de arte tridimensional

recorrer pasillos, sentarse en los jardines

de la Tierra de Nadie.

Convivir y soñar las nubes con El Pastor

de Jean Arp y Mateo Manaure atrás.

El Reloj en su estacato espiral

y la Plaza del Rectorado donde tanto

estudiamos sábados y domingos

como tiempos de Letras

de lingüística o Teoria Crítica... en fin.



Le debemos a Carlos Raúl

la mágica experiencia del Aula Magna

con esas Nubes de Calder que nos

llenaban de sonidos en los conciertos,

y los rincones de la Facultad de Humanidades

y Educación, o de los pasillo previos

a la Biblioteca Central.

Y también el pasillo de la Escuela de Letras

y por supuesto la rampa en dos tiempos

por donde como niños nos deslizábamos

para el encuentro con la compañera querida

al ir a tomar café en Ingeniería.



Que decir del Gimnasio Universitario

donde en sus alrededores pintábamos

las pancartas para marchas y protestas

antes los gobiernos que cercaban los

derechos de los pobres.


Y la Biblioteca Central con esos hermosos

vitrales de Fernand Léger o ese mural

de Carlos González Bogen en la Sala de Lectura

con sus rectángulos negros amarillos

grises rojos sobre fondo blanco de mosaicos.


Desde uno de los grandes ventanales cristalinos

y luminosos se miraba en un jardín interior

una oblicua proyección dinámica de Antoine Pevsner

y en una estructura el mural de Víctor Vasarely:

Sophia, después supe que la estructura

es una torre de enfriamiento del Aula Magna.


Y allí, a la entrada de la Biblioteca Central

un petroglifos, cuento y memoria de nuestras

raíces indígenas, o por lo menos de las mías.

Si nos enseñaran a leer nuestra historia

correctamente, nuestros primeros libros

del jardín de infancia debió ser los mitos y

leyendas indígenas ilustrados con muchos petroglifos

de los que hay en todo el país.

Esos de los pueblos indígenas antiguos, venezolanos

de nuestro pasado-presente, allí al inicio del conocimiento el petroglifos con el texto

de José Vicente Abreu, en la azul placa de letras blancas, que pasa desapercibido para muchos,

por no estar diseñado para ser visible,

pues su presentación humilde a la presencia

de otras grandes obras majestuosas, pero...

está en esta síntesis de las artes de lo que somos,

allí vocea el clamor indígena en la lumbre.


Y todo ese arte, y es cromatismo

y es expresión del Alma

la sintetiza Villanueva en la querida

y vivida y amada Universidad Central,

la casa que vence las sombras.


Esa universidad que recorrí

entre jardines, pasillos, Facultades de Estudios,

viví como un transeúnte de la gran obra de arte,

y es parte de nuestro cotidiano vivir de estudiante.









Mayo. 20. 2022

Manuel Castro



Del Libro inédito: El Molino de la Torre. Caracas, 2022

 

 

 

 

 

 

 

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miércoles, 11 de enero de 2023

11 DE MAYO DE 1904

 

Luis Duarte.  Av. Solano. Caracas, 2022
 
 
 





Dicen que fue a las 8:45 de una mañana

de la gerundense Figueras, en un rincón

de la España; que según su recuerdo

intrauterino, un niño llamado Salvador

sustituyó a otro Salvador, muertos tres años

antes por meningitis y que de la depresión

sacó a sus padres por por travesuras y su terrible

comportamiento, según sus palabras,

el sello facial y su inconfundible presencia

de precocidad y melancolía y signo de soledad,

llamaron inteligencia y genio.


Mimado por sus padres hasta el nacimiento

de su hermana Ana María. Sensorial y sensitivo

recoge en su momento los efectos y atmósferas

de su tiempo, en las entreguerras.


Con la sngre forjó su carácter y su ira

la canalizó en el linzo, con el óleo

en Aparejo y mano, en personaje entre roca

y su estancia de la finca

El Molino de la Torre...


Su ego-excentricidad, el mismo centro del Universo,

como lo pregona espectoracicamente el Capitalismo

y su burguesía dominante ideológica,

con Baudelarire el Dandy; con Dalí el ego,

con Freud el simbolismo del sueño, el individualismo.


Dalí el genio, por español

Reverón el loco, por venezolano.

Dalí beneficiado por la riqueza de Pichot

Reverón explotado por la de Boulton, dos

genios, dos realidades, dos caras

de una moneda, el arte.









Abril. 8. 2022


Del libro inédito: El Molino de la Torre. Caracas, 2022

 

 

 

 

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