Dicen que fue a las 8:45 de una mañana
de la gerundense Figueras, en un rincón
de la España; que según su recuerdo
intrauterino, un niño llamado Salvador
sustituyó a otro Salvador, muertos tres años
antes por meningitis y que de la depresión
sacó a sus padres por por travesuras y su terrible
comportamiento, según sus palabras,
el sello facial y su inconfundible presencia
de precocidad y melancolía y signo de soledad,
llamaron inteligencia y genio.
Mimado por sus padres hasta el nacimiento
de su hermana Ana María. Sensorial y sensitivo
recoge en su momento los efectos y atmósferas
de su tiempo, en las entreguerras.
Con la sangre forjó su carácter y su ira
la canalizó en el lienzo, con el óleo
en Aparejo y mano, en personaje entre roca
y su estancia de la finca
El Molino de la Torre...
Su ego-excentricidad, el mismo centro del Universo,
como lo pregona espectoracicamente el Capitalismo
y su burguesía dominante ideológica,
con Baudelaire el Dandy; con Dalí el ego,
con Freud el simbolismo del sueño, el individualismo.
Dalí el genio, por español
Reverón el loco, por venezolano.
Dalí beneficiado por la riqueza de Pichot
Reverón explotado por la de Boulton, dos
genios, dos realidades, dos caras
de una moneda, el arte.
Abril. 8. 2022
Del libro inédito: El Molino de la Torre. Caracas, 2022
Presente en:
http://elblogdelosblogsdeduarte.blogspot.com/
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